viernes, agosto 12, 2011

Las operaciones de la CIA en México


Para los que no recuerdan, o para los que ahora se dan golpes de pecho (como los Senadores) por la supuesta “nueva” intromisión de la Central Intelligence Agency (CIA) y la Drug Enforcement Agency (DEA) en operaciones de inteligencia contra grupos de delincuencia organizada en México, basta sólo recordar algunos sucesos involucrando aeronaves de la primera en operaciones de transporte de prisioneros de guerra desde Irak hacía la Base de la Bahía de Guantánamo, Cuba así como operaciones de trasiego de droga desde Venezuela y Colombia hacía México.

El 10 de abril de 2006, un jet comercial DC-9, matrícula N900SA, efectúa un aterrizaje de “emergencia” en el aeropuerto de Ciudad del Carmen, Campeche. El N900SA se caracterizaba por tener el esquema de pintura oficial del gobierno de los Estados Unidos, el distintivo azul sobre blanco. Incluso, el logo pintado a un costado de la puerta de la aeronave, tenía un sello similar a aquel empleado en aeronaves oficiales, que detentaba la leyenda: “Skyway Aircraft – Protection of America’s Skies”, alrededor de una imagen del águila federal agarrando unas flechas y unas ramas de olivo en sus patas.

 


Muchas personas en realidad creyeron que se trataba de un avión propiedad de los no tan afamados Transportation Security Administration (TSA), cuestionados hoy en día por ser la agencia a cargo de la seguridad en los aeropuertos de la Unión Americana que constantemente viola las garantías individuales de aquel viajero que pone un pie sobre suelo norteamericano en uno de sus aeropuertos, con revisiones corpóreas dignas de cualquier prisión, incluyendo a veces, las ya famosísimas “cavity searches” o búsquedas en cavidades; los dejo a su imaginación.

Pero eso no es lo relevante de la aeronave en cuestión (N900SA). Lo importante aquí, es que dicha aeronave al ser registrada por autoridades mexicanas, contenía en su interior, 128 maletas idénticas acomodadas cual viajero de primera clase, en los asientos del jet, equipaje que cargaba en su interior 5.5 toneladas de cocaína; la procedencia – Caracas, Venezuela. Destino final – Toluca, Estado de México. 

Bien dicen los conocedores de las revolturas de la CIA: 
“El aeropuerto de Maiquetía (Caracas) es para los narco-pilotos lo que Memphis, TN, es para FedEx; puerto base, lugar de negocios y tierra madre”.



La aeronave bautizada por diferentes medios de comunicación como “Cocaine One” en perfecta alusión al avión del Presidente de los Estados Unidos, fue abandonada en plataforma, dándose a la fuga sus tripulantes. El único detenido fue el piloto venezolano Carmelo Vásquez-Guerra, quien misteriosamente fue puesto en libertad por el gobierno mexicano dos años después de ser detenido. ¿DOS AÑOS por transportar 5.5 toneladas de cocaína? Sólo en México; creo que un asaltante de tiendas de conveniencia purga una sentencia mayor.

¿Y los propietarios de la aeronave? ¿Por qué nunca fueron detenidos por autoridades de los Estados Unidos y llevados a juicio? Bueno pues Skyway Aircraft, pertenece en parte, a Richard Rainwater, billonario norteamericano y el principal contribuidor a las campañas tanto a Gobernador de Texas como Presidente de los Estados Unidos, de George W. Bush. Pero, ¿cuál es la misión de Skyway Aircraft? Pues ninguna, ya que la compañía nunca fue un verdadero negocio, en el sentido de que una corporación se forma con fines de lucro y obtener ganancias para sus accionistas. Todo lo contrario, Skyway perdió $40 MDD en tres años siendo su único logro, el amasar una mini-flota (sólo 2) de aeronaves DC-9 (N900SA y N120NE), pintadas para resemblar aeronaves pertenecientes al recién creado entonces, Departamento de Seguridad Interior (Department of Homeland Security – DHS). Cabe mencionar que Skyway Aircraft detentaba como su dirección aquella del hangar de Huffman Aviation, la escuela de aviación en la cual Mohammed Atta y sus compinches fueron entrenados para estrellarse un 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center en Nueva York.

A la fecha no ha habido ni una sola palabra acerca de una aeronave registrada en los Estados Unidos llevando carga valuada en más de $500 MDD de cocaína destinada al país vecino del norte. Suena raro, ¿no creen? En el lobby de la CIA, en Langley, Virginia, hay una inscripción que dice: “Conocerás la verdad, y la verdad te liberará”.

Basados en el aeropuerto internacional de Clearwater–St. Petersburg, FL, ambos “Cocaine One” y su hermano gemelo, el N120NE, fueron usados por el titular de los servicios de aviación de la CIA para transportar misiles guiados TOW (Tube launched, Optically tracked, Wire command data link) al régimen del Ayatola Khomeini en Irán, como parte del escándalo Irán/Contras.

18 meses después del incidente en Ciudad del Carmen, Campeche, la historia de las operaciones de la CIA nos remonta a un 24 de septiembre de 2007, cuando un jet ejecutivo Gulfstream II, matrícula N987SA, se precipitó a tierra cerca de Mérida, Yucatán. El jet ejecutivo se encontraba circulando el pueblo de Tixkokob, Yucatán, cuando aparentemente se quedó sin combustible cayendo a tierra. Ciudadanos de esta localidad dieron aviso a las autoridades civiles y militares y cuando arribaron al lugar del accidente se percataron que el avión se encontraba partido en tres piezas con 132 maletas llenas con 3.7 toneladas de cocaína pura.



Las autoridades mexicanas determinaron que el cargamento de cocaína tenía como destinatario a los cárteles de la droga mexicanos y se enfocaron en obtener información acerca del propietario de la aeronave. Las investigaciones preliminares sobre el propietario del jet Gulfstream II, matrícula N987SA, bautizado como “Cocaine Two”, apuntaban a re-abrir otro escándalo tipo Irán/Contras – CIA.



El mismo avión (N987SA) había sido usado por la CIA para transportar prisioneros musulmanes hacía la Bahía de Guantánamo, Cuba en 2003, 2004 y 2005. La CIA se caracteriza por hacer uso de un número significativo de empresas fantasma como frente de sus operaciones encubiertas. Así mismo, cuando registran sus aviones, utilizan una serie de complejos “cambios de propietarios” con la Federal Aviation Administration (FAA) para hacer más difícil aún la identificación del real propietario de las aeronaves que se utilizan en sus operaciones.

El Gulfstream II, N987SA, primero se rastreó hasta William Achenbaum, un importante magnate de los bienes raíces en Nueva York. Achenbaum afirmó que el avión era administrado por Air Rutter International, que de acuerdo a información del New York Post (CRASH JET HAD AIR OF MYSTERY), es propiedad de Arik Kislin, de Long Island, NY. Kislin y Achenbaum son socios del Hotel Gansevoort en Nueva York (SHADY INN CROWD). Arik Kislin es sobrino de Semyon Kislin quien es identificado por el Centro de Integridad Pública como un poderoso miembro de la Mafia Rusa (iWatch News).

La familia Kislin efectuó contribuciones monetarias muy fuertes a las campañas políticas del ex-alcalde de Nueva York, Rudolph “Rudy” Giuliani, así como a la campaña de la pre-candidatura presidencial de la entonces Senadora Hillary Clinton.

William Achenbaum declaró que vendió el avión el día 30 de agosto de 2007 (misteriosamente tres semanas antes del accidente; avión de su propiedad desde 2001) a una compañía de Florida llamada Donna Blue Aircraft, Inc., propiedad de los brasileños Joao Luiz Malago y Eduardo Dias Guimares. Los dos sudamericanos alegan que ellos vendieron el avión el 16 de septiembre de 2007 a Clyde O’Connor y Greg Smith de Fort Lauderdale, FL. Cabe resaltar que Smith había laborado anteriormente como piloto del FBI, la DEA y la CIA.

Una visita a Donna Blue Aircraft, Inc., en Coconut Beach, FL, la compañía que supuestamente era la propietaria del jet N987SA, ha revelado que la dirección listada es una oficina vacía sin ninguna marca en el exterior. Técnicamente no existe.

Por otro lado, la FAA afirma que nunca fue informada de dichas operaciones de venta y que nunca se emitieron nuevos certificados de propiedad. Dos días después de la supuesta compra, la aeronave N987SA, despegó de Fort Lauderdale, FL hacía Cancún, México y luego hacía Río Negro, Colombia. El jet luego cargado con 3.7 toneladas de cocaína inició su viaje hacía Cancún, México, destino al que nunca arribaría y precipitándose a tierra del 24 de septiembre de 2007.

En las bitácoras de vuelo del avión así como registros de aeropuertos, se tienen fechas en las que el avión N987SA viaja hacía y desde la Bahía de Guantánamo, Cuba, mismas que pueden ser consultadas AQUÍ. El mapa abajo, realizado por el Consejo Europeo – Comité de Asuntos Legales y Derechos Humanos, muestra los diversos vuelos que esta (N987SA) y otras aeronaves, realizaron para la CIA.



Incluso, la actual Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, realizó diferentes vuelos en la aeronave ligada a las rendiciones de prisioneros de la CIA y al crimen organizado, durante su campaña como pre-candidata presidencial.

¿Qué tenemos 5 años después? Dos aviones norteamericanos ligados a la CIA incautados, casi 10 toneladas de cocaína, ningún responsable de ambos acontecimientos y más importante, en Estados Unidos nadie hizo nada incorrecto; nadie fue a la cárcel.

Por cierto, señores legisladores, no se rasguen las vestiduras y no quieran hacer escándalo sobre la presencia de agentes de la DEA y CIA en México, presentes en nuestro país desde tiempos del Presidente Gustavo Díaz Ordaz (Litempo-8) y del Presidente Luis Echeverría Álvarez (Litempo-14); cercanos colaboradores e informantes de “La Compañía” como los muchachos (The Boys) llaman a la CIA.



¿O qué acaso señores legisladores, no son ustedes una de las ramas de los tres Poderes de la Unión que fueron creadas con el propósito de que el poder se autocontrole y así evitar la tiranía? No lo digo yo, lo dijo Charles de Secondat, Barón de Montesquieu, en su obra El Espíritu de las Leyes.